I
Dentro de lo blando –sin permiso de nadie- se comienza a formar un pasaje infecto que va creciendo a pálpitos mínimos, terrible corazón negro, púm-pum, se hace mancha de castigo siniestro que conquista lo insondable con saña.
II
Tenía yo 10 años cuando me interesé por el ajedrez, vi jugando a Manolo contra cuatro personas al mismo tiempo, en un simultáneo que le llaman, pasaba por cada mesa, una por una a hacer su jugada con una calma admirable y una inteligencia hermosa. Sus contrincantes lucían goterones en sus frentes, unos con un abstracto desespero y miedos insólitos, jaque mate a Lucho, já, tan rápido, pensé, quiero aprender a jugar, para ganar siempre.
III
Luego de sembrarse, la sombra se hace un cuerpo denso, promontorio, sin boca para hablar, y por supuesto, sin justicia. Recorre con discreción el primer círculo, allí es su primera casa, en la que vive los primeros tiempos.
IV
A los 15 fui campeón nacional de ajedrez, ¿quién se lo esperaba?, no me lo propuse, simplemente sucedió, sí me esforcé, pero no me obsesioné con ello. Cuando fui a Mérida conocí en una competencia a mi primera novia, Luna, nos amamos 3 días, todo fue beso y ajedrez. Al regresar no supe más de ella, ni ella de mí.
V
El animal abre sus alas, sin volar recorre su imperio con una baba detestable que quema en silencio, esto es mío, y esto, y esto otro. Rumbo a la razón, se distrae –por suerte o maldición- con una deliciosa hondura en la cual raspar paredes.
VI
A los 18 comencé la universidad, Física pura, Ruiz también, quedamos juntos en la misma promoción. El discurso de recibida lo dio un tal Román Litzch, doctor en cuántica, habló de las cuerdas y los agujeros negros. ¿Y la máquina del tiempo? pensaba yo, esperando alguna respuesta desde adentro.
VII
En un molde nervudo, pudiera verse desde muy lejos, o mejor, desde muy cerca, al malvado, con sus poros hinchados de bestia vulgar, explota, explota, explota, burbujas diablas y millones de repeticiones cayendo sobre la santidad de lo rosa y virgen.
VIII
25 años, casa grande, pueblo, profesor, admiración, simpleza, calma, lecturas, misas, señoras, señores, alumnos, amigos, colegas, teléfono, mamá, papá, todo bien.
IX
Llegó la rotura a un piélago importante, en el que el amor no llega o no cabe, clavó sus dientes de perro blanquinoso en un núcleo necesario, sin vuelta atrás, se ha escrito un presagio. Volver no es posible.
X
7 de Julio, feliz cumpleaños, ya son 28, ¿cómo se llama esto? ¿Cómo se llama aquello? Hola, Hola, Hola. Me duele aquí. Tómese esto. Gracias. Me duele aquí. Tómese esto. Gracias. Me duele aquí. Tómese esto. Gracias. ¿Quién anda allí?. Auxilio, me quiere pisar. Calma, no pasa nada, aquí estamos.
XI
Cual montaña majestuosa, vista desde afuera, se nota el gran auge del silencio. Doloroso como un olvido, tan exacto, tan victorioso y pusilánime en su escultural colmo. Ha ganado un planeta nuevo, y lo reclama con su única voz.
XII
Si morí hace muchos días ¿por qué sigo aquí?